Existe una curiosa leyenda que recopiló Óscar Chávez en Tequila, Jalisco, a finales de los setenta, cuando buscaba cantos antiguos en ese lugar. La conservo porque en esa época fue a cantar al CCH Oriente donde yo estudiaba y la contó…
Pero antes, veamos algo sobre los aztecas y los eclipses de Sol:
Leyenda eclipse y tequila
La leyenda dice así: Todo comenzó cuando los aztecas adoraban a la diosa Mayahuel, ya que creían que el hombre había nacido del corazón del agave y ella los había formado, por lo que le daban ofrendas y cuencos llenos de aguamiel.
Además de considerarla una madre protectora, ella era la encargada de que el Sol salga todos los días, que la lluvia caiga sobre los campos de agaves, y que nunca les falte el pulque, el tequila y el mezcal.
Por lo que Mayahuel, la diosa de los agaves, alegraba el corazón de los antiguos mexicanos con sus bebidas sagradas, pero el Sol, celoso de que la adoraran mucho más a ella que a él, eclipsó su luz, sumiendo al mundo en cierta penumbra.
Sin Sol, los agaves no podían madurar y escaseó en toda la tierra el aguamiel. Pero Mayahuel, al ver la aflicción de su pueblo, intervino de una manera drástica ya que lo acusó con Tonatiuh, el dios mexica del cielo.
Tonatiuh regañó al Sol, y le dijo:
—¡Insensato, como te niegas a alumbrar sobre la Tierra, la Luna se interpondrá entre tú y el planeta y ya no te dejará que envíes tus rayos! ¡Te sustituiré con otro astro que quiera hacer tu trabajo que ahora te estás negando!
En ese momento, Tonatiuh le pidió a la Luna que la ayudara y ésta se interpuso entre el Sol y la Tierra. Para no
dejar todo en la total oscuridad, Mayahuel les rogó a todas las Estrellas para que se juntaran cerca de la Luna.
Así, las estrellas iban a crear una corona luminosa alrededor de la Luna y esta alumbraría un poco la faz de la
Tierra. Mayahuel ordenó a todos sus hijos que no miraran el castigo que el Sol estaba recibiendo por su altanería.
Por lo que los antiguos mexicanos, por respeto, no se atrevieron a alzar la mirada, bajo pena de ser también ellos
castigados. Así, nació el primer eclipse de Sol en el mundo, y esto fue una humillación muy grande para el soberbio Sol. Arrepentido, les pidió perdón a Tonatiuh y a Mayahuel por su atrevimiento, y, aunque ya lo perdonaron, de aquí en adelante los eclipses se quedaron para aparecer de vez en cuando en la Tierra para recordarle para siempre su soberbia.
Desde ese día , el pueblo veneró a Mayahuel como la diosa que los salvó de la oscuridad eterna, y al eclipse como
un recordatorio de su bondad y su poder. Y así es como surgío la leyenda eclipse y tequila y es por eso que en las ofrendas no debe de faltar nunca el aguamiel.
La arqueología nos muestra diversos eclipses que ha habido en México, especialmente en épocas prehispánicas:
Por lo que, ahora que está el eclipse, brindemos con un rico shot de tequilita, o con una jícara de mezcal o un tarro de pulque o un curadito de piñón. Todo esto es bueno con el fin de disfrutar este fenómeno astronómico.
Y no solo este lunes ‘eclipsero’ sino toda la semana, ya que los mexicanos solo necesitamos cualquier pretexto para echarnos unos shots en convivencia entre los cuates. ¿O no? Mira cómo fue el eclipse de 1991, hace 33 años: